Sí, lo sé: en la web he usado IA para generar imágenes (soy el demonio, lo peor del mundo por alimentar a estas criaturas malvadas y pérfidas). Pero soy diseñador gráfico, y para mí es simplemente otra herramienta, igual que cualquier programa de diseño.
No me da la vida: trabajar, escribir, crear contenido para redes sociales y la web, atender a mi familia… todas esas cosas de la vida adulta. ¿Podría pagar a un ilustrador? Sí, claro. Pero mi salario no es precisamente glorioso, y el extra de cada libro vendido apenas da para un paquete de pipas. Además, la web es gratuita.
Eso sí: en el libro físico no uso IA. Quiero que quien me lea sepa que no solo he escrito cada página robándole horas al sueño, sino que las ilustraciones que aparecen son exactamente la visión que llevo casi treinta años dibujando.
Estoy cansado de leer y escuchar que la IA “roba” a los artistas, que va a quitarle el trabajo a los ilustradores, o que si la portada de un libro está hecha con IA, entonces el interior también lo estará.
Me gustaría que se entendiera que no todo el mundo se limita a escribir una frase y aceptar lo que salga. Muchos nos rompemos la cabeza describiendo luces, planos, orden de objetos, materiales, lentes y mil millones de detalles en prompts de más de cuarenta líneas. Y después seguimos: retocamos en programas externos, creamos imágenes de referencia porque la IA no logra captar lo que tenemos en mente.
También estudiamos. Invertimos horas en másters y cursos para entender qué se debe y no se debe hacer. Algunos incluso se especializan en el uso responsable de la IA y en modelos de madurez (sí, eso también existe).
Así que solo pido una cosa: si no estás de acuerdo, no llenes la red de malos rollos. Disfruta de lo que haces, aprovecha lo que te sea útil y deja que el resto haga lo mismo. De esa forma, todos seremos más felices.


